
Que nos encanta viajar está bastante claro. Lo que no nos gusta tanto son los trámites que tenemos que hacer justo antes de disfrutar de nuestro viaje. Entre hacer la maleta, echar el pasaporte, cámara de fotos, o zapatos cómodos, no se nos debe olvidar cambiar de divisa antes de llegar a la ciudad escogida. Ni tampoco comprar nuestros tickets de Aerobús si queremos ir al aeropuerto de Barcelona de la forma más cómoda.

Si vamos a viajar fuera de la Unión Europea, además de preocuparnos por nuestro pasaporte y por la ropa que tengamos que echar, también debemos informarnos bien sobre qué tipo de moneda se usa en ese país. Esto supone que tendremos que cambiar nuestros euros por la moneda local del país, que no tienen el mismo valor, por lo que el valor de los productos tampoco será el mismo. Y ahora es el momento en el que nos preguntamos: ¿cómo sé yo qué cantidad de una moneda tengo que cambiar por la otra para no pagar más?
¿Cuánta moneda extranjera necesito?
Planificar nuestro viaje con tiempo es clave para ahorrar. Debemos hacernos una idea de cuánto vamos a utilizar a diario aproximadamente, y que esto nos sirva para determinar cuántos euros, expresados en otra divisa, vamos a necesitar.

En función de si tu viaje es con la familia, si es solo, si es de la tercera edad, si son muchos o pocos días, o de si el uso con tarjeta en el destino está extendido, podremos: Llevarlo todo cambiado desde España o llevar cambiada una cantidad pequeña para los primeros días y luego ir cambiando o sacando efectivo. Además, el tipo de cambio aplicado es mejor si cambiamos más de una vez.
¿Cambio antes del viaje o en el destino?
Muchas veces no sabemos qué nos puede salir mejor, si cambiar el dinero antes del viaje, en nuestro país, o si hacerlo en el lugar de destino. Vamos a necesitar una moneda diferente nada más aterrizar, ya sea para coger un taxi o un autobús, para comprar agua, o una tarjeta SIM para conexión a internet, o para acudir a un evento. Aunque hay muchos países donde el pago con tarjeta está generalizado, en otros no sucede lo mismo y la mayoría de las compras del día se pagan con efectivo. Y tanto en uno como en otros, el banco emisor de la tarjeta nos puede cobrar por utilizarla fuera de la zona euro.

Es importante saber que en todos los países del mundo podemos buscar bancos y casas de cambio y allí cambiar nuestros euros. Pero los tipos de cambio y las comisiones pueden variar enormemente según el lugar elegido. También puedes optar por sacar efectivo en cajeros, aunque quizás no acepten la tarjeta o te apliquen comisión.
Puedes optar por cualquiera de las dos opciones, aunque sabiendo que no llevar la moneda cambiada de casa genera cierta inquietud y requiere una inversión de tiempo considerable.

¿Qué debo tener claro antes del cambio?
Hay que tener claro que no es lo mismo moneda que divisa. Muchos creemos que es lo mismo, pero nos equivocamos. La moneda es la unidad física y la divisa hace referencia a la unidad monetaria de cada país. Para que lo entendamos mejor, esto significa que el cambio de moneda es la compraventa de euros a la moneda local del país de destino. Sin embargo, las operaciones que no implican movimiento físico de dinero, como transferencias o cheques, se denominan cambio de divisas. Esto para el usuario puede significar que incluya diferentes costes de gestión o comisión.
Otro de los puntos en los que debemos fijarnos es en la diferencia entre tasa de compra y venta. Por tasa de venta se entiende el dinero que se recibe al cambiar a la divisa del país de destino. Un concepto diferente al de tasa de compra, que se recibe al convertir la moneda extranjera que puede haberle sobrado en su viaje.
Por lo tanto, nos queda claro que la opción bancaria es la más barata, aunque no es inmediata. Si queremos conseguir una cantidad de dinero en moneda extranjera deberemos solicitarlo con antelación para que la sucursal pueda conseguirlo a tiempo. Y si lo que quieres es no perder nada de dinero en el cambio, lo mejor es que realices tus pagos con tarjeta de crédito o débito en el país de destino, siempre que puedas. Te recomendamos retirar la cantidad imprescindible de dinero en efectivo desde tu banco en España, y realizar el resto de los pagos con tarjeta. Así, sólo tendrás que disfrutar de tu destino.