
La primera decisión con la que nos vamos a encontrar para nuestro viaje a Escocia es la pregunta de todas las preguntas: ¿en qué fechas debería ir a Escocia? Esta es probablemente la decisión más difícil, ya que todo depende de cuál sea nuestro plan en el país. ¿Conocer la ciudad de Edimburgo o largas caminatas por las Highlands?
Si nuestro viaje está enfocado en aventurarnos a los increíbles paisajes naturales, entonces lo más recomendable es ir en los meses de mayo, junio o septiembre…ya que las temperaturas son moderadas, los días son poco lluviosos y tenemos más horas de sol. Si solo planeamos visitar Edimburgo o Glasgow, lo podemos hacer en invierno sin ningún problema.
Conceptos a tener en cuenta
En realidad, lo mejor es no darle demasiadas vueltas a este tema, ya que el clima escocés puede tener las cuatro estaciones en un día. Viajar a Escocia significa improvisar, pero ese es uno de los mayores encantos de hacerlo.
Una vez elegida la fecha, te recomendamos llegar a cualquiera de los cuatro aeropuertos principales -Edimburgo, Glasgow, Glasgow-Prestwick y Aberdeen- con el fin de tomar autobuses, trenes o alquilar un vehículo con facilidad y sin buscar demasiado.

Si estás interesado en visitar únicamente las ciudades principales, no necesitas alquilar un coche, ya que con el transporte público puedes moverte fácilmente y con una gran disponibilidad de horarios. En cambio, si lo tuyo es perderte por los increíbles paisajes escoceses, entonces olvídate del transporte público y busca ya mismo una empresa de alquiler de vehículos.
Elegidas la fecha y el transporte, lo único que falta antes de comenzar la aventura es planear el alojamiento. En Escocia es fácil encontrar alojamiento incluso en las poblaciones más pequeñas; eso sí, la única temporada en la que se puede volver algo más complicado hacerlo es el invierno, así que reserva con tiempo si vas en esta temporada.

Las Highlands
¿Todo preparado? Ahora que estamos listos para comenzar nuestra aventura en estas tierras gaélicas llenas de leyendas, lo ideal es iniciarla por los Highlands escoceses: una gran combinación de historia, paisajes y cultura. Esta zona es conocida como “la capital de actividades al aire libre del Reino Unido”, debido a que puedes encontrar cualquier tipo de actividad: pesca, golf, kayak, senderismo, deportes de nieve, alpinismo, etc. Además, entre los bellos paisajes de las tierras altas de Escocia también podemos encontrar majestuosos castillos.
Una vez en las Highlands, no podemos olvidarnos de visitar el lago Ness, famoso por su “monstruo”. Sin embargo, su mítica criatura no es lo único interesante: una extensión de 39km y un ancho de 1km convierten a este lago en el lugar perfecto para caminar por sus orillas mientras vemos sus paisajes. Además, podremos visitar lugares como los restos del castillo de Urquhart, el centro de exposiciones o recorrer el propio lago a bordo de un barco.

Al finalizar el circuito de los sitios más importantes de las tierras altas, podemos pasar a Glasgow, la ciudad más grande de Escocia y conocida por la cultura que atesora y su gente. Glasgow cuenta con muchos museos -de entrada gratuita la gran mayoría- y numerosos lugares para realizar compras…algo que a buen seguro querremos hacer tras nuestro paso por las Highlands. Y si buscamos fiesta, esta ciudad escocesa también tiene una gran reputación por sus festivales musicales, celebrados casi todas las semanas del año.
Finalmente llegamos a Edimburgo, el primer o último lugar de todos los planes de viaje por tener uno de los aeropuertos más importantes de Escocia. La capital nos ofrece calles llenas de historia, donde terribles e interesantes sucesos han ocurrido a lo largo de toda su existencia. También podemos encontrar aquí varios castillos, rodeados de un aire de misterio debido al ambiente que caracteriza a la ciudad.

Por supuesto, antes de despedirnos del país debemos aprovechar la oportunidad de probar algunos de los platos típicos de su gastronomía. Si somos intrépidos, lo ideal es probar el controvertido plato conocido como “Haggis” (hígado, corazón y pulmones), pero también existen otras opciones típicas que son más comunes, como el pastel de frutos secos o el puré de rábanos y patatas.
¿Lo tienes todo bien apuntado? Hazte con tus tickets de Aerobús y dirígete al aeropuerto directo a comenzar tu aventura por Escocia.