
El 23 de abril en Cataluña es uno de los días más especiales del año. Las rosas y los libros por Sant Jordi se han convertido en una preciosa tradición que se remonta al siglo XV, cuando en esta misma fecha las mujeres acudían a una misa oficiada en la capilla de Sant Jordi en el Palacio de la Generalidad de Cataluña y se les agasajaba con una rosa.
Posteriormente, la tradición fue cambiando y los enamorados fueron los protagonistas de esta costumbre. A la rosa roja, símbolo del amor y la pasión, se le sumó una espiga de trigo que hacía referencia a la fecundidad. En la cultura catalana el 23 de abril es igualmente conocido como el Día de los Enamorados, además de San Valentín.
En 2005 la UNESCO declaró el 23 de abril como el Día Mundial del Libro, haciendo coincidir la bella tradición de regalar rosas y libros por Sant Jordi convertido en un símbolo nacional y un referente internacional.

La leyenda de Sant Jordi y el dragón
Cuenta la leyenda que en el siglo IX un terrible dragón que vivía en las inmediaciones del pueblo de Montblanc, en la Conca de Barberá, atemorizaba a los vecinos que allí vivían. Los habitantes del pueblo temían los ataques del vil reptil y calmaban su hambre dándole un par de animales cada día. Vacas, cabras, ovejas, bueyes… Todos los animales eran necesarios para aplacar al voraz dragón. Sin embargo, un día los animales empezaron a escasear y los aldeanos al no tener más carne que darle se vieron obligados a ofrecerle una persona elegida por sorteo. Hasta que un día, el azar decidió que fuese la hija del Rey. Éste desesperado trató de convencer a sus gentes para no enviar a su hija a la muerte, pero todo fue el balde y la princesa fue mandada llevar al dragón.
Cuando la muchacha estaba a punto de ser devorada por la terrible bestia, de la lejanía apareció al galope un caballero con un escudo dorado a lomos de un corcel blanco. Él era Jorge de Capadocia. Cuando estaba ya cerca de aquella criatura, el caballero levó su enorme lanza y la clavó con todas sus fuerzas en el pecho del dragón atravesando su corazón. Salvando así a la princesa, y a todo el pueblo.
Se dice que de la sangre derramada del dragón brotó un rosal, y el caballero no dudó en arrancar una de sus rosas y regalársela a la princesa como símbolo de amor por ella.
Debido a esta leyenda, cada año el 23 de abril, los hombres regalan rosas y las mujeres libros, ya que se cree que la princesa agradeció su hazaña al caballero componiéndole un poema.
Sin ir más lejos, la leyenda de Sant Jordi y el dragón inspiró a uno de los arquitectos catalanes modernistas más famosos e importantes de todos los tiempos, Antonio Gaudí, en su obra la Casa Batlló.

Semana Medieval en Montblanc por Sant Jordi
Debido a que Montblanc es el lugar donde nace la leyenda de esta tradición, el pueblo entero, desde 1988, se transporta en el tiempo para revivir la época medieval. Tanto sus calles, como sus plazas y las torres de la muralla antigua son engalanadas con estandartes señoriales, y el pueblo entero se convierte, por unos días, en una auténtica fortaleza del medievo. Además, dentro de la programación de esta fiesta, se lleva a cabo la representación de la leyenda de Sant Jordi, con espectáculos de pirotecnia, cenas medievales y un gran mercado al estilo tradicional de la época.
Tal fue la fama de esta feria medieval en Montblanc, que fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional en Cataluña y el resto de España.
Esperamos que este artículo “Rosas y flores por Sant Jordi” os haya gustado y os anime a acercaros a la Ciudad Condal a disfrutar de esta espectacular fiesta.
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